Lleva desde el año 1992 en el mundo de las emergencias sanitarias y por esta razón fue consciente de la importancia de los desfibriladores, DESA, y de las técnicas de reanimación cardiopulmonar, RCP.
Juan Cambero es conductor de ambulancias en el 112 y está registrado en la Consejería de Saluda de la Junta de Extremadura como instructor para formar a otras personas en el manejo del aparato y en soporte vital básico y DESA.
«Nuestro objetivo es intentar reducir el número de muertes por paro cardíaco, que es la primera causa de fallecimiento en Europa, a través de la formación en técnicas de reanimación cardiopulmonar y la utilización de desfibriladores por la población no sanitaria», afirma.
Cambero, como delegado de Proyecto Salvavidas en Extremadura, ha vendido e instalado desfibriladores en Cáceres y en otras ciudades de la región, en algunos casos con convenios con ayuntamientos. No sólo suministra los aparatos sino que también se encarga del mantenimiento y de la formación de personas para su manejo, con la debida acreditación oficial de la Junta de Extremadura. Cita por ejemplo la instrucción dada a los vigilantes de seguridad de la empresa Seguridad Ceres.
Cree que España «va my atrasada respecto a Europa» en esta materia y quiere alejar algunos temores, de personas que pueden pensar que incluso es peligroso aplicar el DESA a un enfermo, «cuando es todo lo contrario ya que hay un 90 por ciento de resultados positivos». Una descarga eléctrica puede reanimar un corazón que no bombea sangre por una parada. «Además, el equipo es de fácil manejo, lo puede utilizar cualquier persona», afirma, y añade: «incluso podría mi hijo de nueve años».
«Al desfibrilador le llamamos la llave de la supervivencia porque un corazón con arritmia necesita la descarga eléctrica como si fuera reseteado», explica.
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