martes, 26 de febrero de 2013

Nueve de cada 10 urgencias precisan ayuda de la persona que llama al 112


Los médicos del servicio de emergencias proporcionan instrucciones telefónicas a los alertantes para atender partos, paradas cardiorrespiratorias y accidentes


Parte de la sala del Cecoes en la que los médicos del SUC realizan su trabajo.
la opinióndetenerife - MARÍA PLASENCIA - SANTA CRUZ DE TENERIFE

Un hombre salvó la vida de un anciano gracias a las indicaciones que le dio un médico a través del teléfono y otro ayudó a su mujer a dar a luz con línea directa al facultativo del Servicio de Urgencias de Canarias. Son los ejemplos más llamativos y recientes de la teleasistencia que los profesionales sanitarios del 112 realizan a diario, hasta tal punto de que más del 90% de las llamadas que reciben por una emergencia acaba convertido en una atención médica por teléfono.

El responsable de Recursos Sanitarios del SUC, Mario Santana, asegura que las funciones de teleasistencia son "las más difíciles" a desempeñar dentro del servicio que prestan a través del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112. Santana indica que "prácticamente en cada una de las llamadas por emergencia, salvo aquellas que son por traslados de centros, el médico termina indicando al alertante qué hacer ante el paciente".

Al respecto, explica que se hace así ante cualquier urgencia, aunque en principio no parezca de gravedad. "En un caso de desmayo, por ejemplo, recomendamos que ponga al enfermo de lado o ante una insuficiencia respiratoria que lo incorpore y coloque unas almohadas en la espalda", asegura Santana, quien añade que tan importante es decir al alertante lo que tiene que hacer como lo que no "sobre todo en casos de accidentes de tráfico en los que la petición es que, salvo peligro para el afectado, no lo mueva".

De hecho, ante cualquier llamada por urgencia que reciben, lo primero que hacen los médicos del SUC en el 112 es intentar valorar al paciente. "Estamos formados para realizar un diagnóstico con el enfermo delante pero en teleasistencia los alertantes se convierten en nuestros ojos", señala Mario Santana quien comenta que a ello se suma otra labor importante: Ser capaces de trasmitir a la persona que llama lo que necesitas saber del paciente y lo que debe hacer.

"Es una función más de educación y de apoyo psicológico que no te enseñan en la Facultad de Medicina", asegura el responsable de Recursos Sanitarios del SUC, que indica que "cada vez son más las voces que reclaman alguna materia en formación de teleasistencia". Por el momento, los 15 médicos que trabajan en el Cecoes han realizado cursos específicos en este sentido ya que, según insiste Santana, "no ver al paciente es lo más difícil de este trabajo y la comunicación con el alertante es fundamental".

Especialmente duro se hace en las situaciones extremas, en las que la vida del enfermo pende de un hilo. "Cuando el médico que atiende la llamada considera que se trata de un caso grave, además de derivar al gestor la necesidad de movilizar una ambulancia medicalizada, debe realizar un esfuerzo tremendo en minutos para que el alertante siga sus indicaciones". Los ejemplos más críticos son las paradas cardiorrespiratorias, como sucedió esta semana en Guamasa, cuando un varón de 74 años salvó la vida gracias a las maniobras que un vecino solidario le realizó con las indicaciones del SUC.

"Recibimos bastantes llamadas por paradas cardiorrespiratorias y son las de mayor tensión no solo porque sabes que la vida del paciente está en juego sino porque además es complicado que el alertante colabore", comenta Mario Santana. El masaje cardíaco, aunque prácticamente toda la población sepa lo que es, no es una maniobra que se enseñe en el colegio, por lo que es "vital" que el médico sea capaz de traspasar esa información a la persona que está al otro lado del teléfono.

Según afirma el responsable de Recursos Sanitarios del SUC, hasta que no llegue el vehículo medicalizado, los profesionales sanitarios de la sala del Cecoes siguen pendientes de la llamada y, por tanto, de la situación tanto del paciente como del alertante. Y ello provoca "una situación de frustración importante porque en realidad lo que quiere el médico es estar tratando a la persona que tiene el paro".

Partos
Entre las situaciones llamativas a las que se enfrentan los médicos en casos de teleasistencia se encuentra los partos, aunque en este caso el nerviosismo es el que contagia el alertante, que en la mayor parte de los casos son los padres del bebé. "En muchas de las ocasiones llaman directamente desde el coche para anunciar que van el camino y en ese caso nuestra primera indicación es que paren en un lugar seguro y espere la llegada de la ambulancia", señala Mario Santana. Aunque la mayor parte de los padres prefieren seguir hasta el centro hospitalario, cuando el parto es inminente a los padres no les queda otra que asistir el nacimiento. Controlar sus nervios es, entonces, la principal función de los facultativos del SUC en el 112 "con la certeza de lo más normal es que salga todo bien". "Un parto es un proceso natural, así que la principal preocupación es que sujete la cabeza del bebé y que no tire de su cuerpo, además de que una vez nacido se cerciore de que respira y le abrigue", señala Mario Santana, quien concluye que "en alguna ocasión se saltan las lágrimas de oír llorar al padre".

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