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"Los siniestros causados por coches sin seguro bajaron a la mitad"
Los conductores que rechazan las aseguradoras privadas, automóviles de administraciones y organismos públicos, los daños ocasionados por vehículos robados, sin seguro o desconocidos y los casos de asegurados en los que su compañía entra en quiebra son las principales coberturas en materia de tráfico del Consorcio de Compensación de Seguros, entidad dependiente del Estado. Su direjavascript:cargarFckEditor('pTexto');ctor de Operaciones, Alejandro Izuzquiza, participó ayer en Vigo en unas jornadas sobre accidentes de circulación.
– El Consorcio sufraga los daños causados por vehículos robados, sin identificar o sin seguro. ¿Han aumentado este tipo de siniestros?
– No hemos apreciado ningún aumento. En el caso de los vehículos desconocidos y robados hay en general una estabilidad. Estamos hablando de entre 1.000 y 3.000 accidentes al año en cada una de estas dos coberturas. En el caso de los vehículos sin seguro, los siniestros en los últimos 10 años se han reducido a la mitad. Llegamos a rondar los 40.000 accidentes al año y en estos momentos estamos en torno a 20.000.
– ¿A qué atribuye este descenso?
– Creo que hay un conjunto de circunstancias. En estos momentos es relativamente fácil encontrar seguro; las compañías están en un momento de importante competencia entre ellas y los precios del seguro son quizás más flexibles de lo que lo fueron en años anteriores. Y en segundo lugar, también influye la propia crisis económica: hay una circulación inferior a la que había hace unos años y eso genera menos accidentes. Y en tercer lugar, hay una mayor conciencia producida o por la propia educación vial o porque desde que se instauró el carné por puntos las sanciones de tráfico son más elevadas y hay un endurecimiento desde el punto de vista del ámbito disciplinario de las autoridades de tráfico.
– En cuanto a los conductores que no admiten las compañías aseguradoras y que por ello contratan la cobertura con el Consorcio, ¿la mayoría son conductores jóvenes y noveles?
– Tuvimos un crecimiento importante de asegurados que venían al Consorcio habiendo sido rechazados por las compañías privadas desde 1999 hasta 2004. Eso se tradujo en que el Consorcio, que tenía tradicionalmente unos 15.000 asegurados de este tipo, pasó a tener 100.000 a finales del año 2004. La mayor parte eran jóvenes conductores de vehículos de dos ruedas. A partir de 2004 las compañías aseguradoras entraron, por así decirlo, en un ciclo más competitivo, aceptando en sus políticas de suscripción riesgos que hasta ese momento no aceptaban y eso se tradujo en que el Consorcio fue descendiendo paulatinamente desde 2005 hasta la actualidad el número de asegurados y en estos momentos estamos en menos de 20.000.
– Antes hacía referencia a la crisis. ¿Cree que ha contribuido al aumento de intentos de fraudes al Consorcio en accidentes de tráfico? Entiendo que al igual se producen en las aseguradoras, también los habrá en su organismo.
– Sí, también tenemos intentos de fraude. Por ejemplo en nuestra cobertura de vehículos no identificados. Se trata de casos en los que se pretende achacar a un tercer vehículo no identificado un accidente que se provoca exclusivamente por un despiste del conductor que resulta lesionado. Estamos siendo muy activos con informes de investigación y de reconstrucción de accidentes que nos suelen dar bastante buen resultado. Por lo tanto es relativamente frecuente que estas solicitudes de indemnización que se presentan al Consorcio por este motivo sean objeto de rechazo. En el caso de los automóviles sin seguro ocurre lo mismo. Sí que es verdad que se aprecian casos en los que hay una simulación de lesiones o de agravamiento de lesión.
– Aunque finalmente no lleguen a fraguarse, los intentos de fraude se han incrementado.
– Sí, la evolución es la misma que se produce en el ámbito de las compañías aseguradoras.
–¿Qué significan para la entidad para la que trabaja, en cifras, los siniestros por insolvencia o quiebra de aseguradoras?
– Nuestra cobertura es muy irregular en este aspecto porque pagamos indemnizaciones dependiendo de que se produzca o no la insolvencia de una aseguradora. Y afortunadamente eso no se produce todos los años. El último caso ha sido la liquidación de Seguros Mercurio. Supone 20.000 siniestros sin pagar, que tiene que tramitar el Consorcio, y unas indemnizaciones que podrían estar entre 30 y 40 millones de euros.
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