martes, 18 de enero de 2011

Dramático rescate de inundados en el norte de Río de Janeiro


lavoz noticias- PETRÓPOLIS- BRASIL
Los muertos por el desastreya suman 655. Algunos damnificados regresaron a donde estaban sus viviendas para ver que lo habían perdido todo.

Casi 500 muertos bajo el lodo en Río
Ya son más de 630 los muertos por la tragedia en Brasil Petrópolis. Las tareas de ayuda, rescate y búsqueda de personas desaparecidas continuaban ayer en los barrios más afectados de la localidad brasileña de Petrópolis, al igual que en toda la región serrana del estado de Río de Janeiro, a seis días del desastre que azotó la zona y que hasta la noche de ayer había dejado un saldo de 655 muertos, miles de evacuados y cientos de desaparecidos.

La situación de emergencia se mantiene, mientras muchas familias, que debieron irse de sus casas empujadas por el agua y el barro, comenzaron a realizar tareas de reconstrucción de lo perdido.

Un incesante movimiento de helicópteros de la Fuerza Aérea, Bomberos y de la Policía que salían y llegaban a la base aérea del municipio de Petrópolis, a 54 kilómetros de Río de Janeiro, continuaban la búsqueda de personas que aún permanecen desaparecidas.

“En Petrópolis murieron 56 personas, según los registros que tenemos hasta ahora y hay 6.500 evacuados y autoevacuados”, aseguró Denise, asesora del Departamento de Comunicación del municipio, aunque las cifras extraoficiales hablan de más de 100 fallecidos. “No hay cifras de desaparecidos”, anadió, aunque también en este caso se maneja un número que oscila entre 30 y 100 personas que aún no fueron halladas.

Los helicópteros llevaban también en cada viaje alimentos, agua, medicamentos, productos de higiene, ropa y personal médico para asistir a la población de las zonas más críticas y distantes como el barrio de Vale do Cuiabá, donde el acceso por tierra, en medio de una exhuberante vegetación, está inhabilitado y muy riesgoso en algunos tramos.

En los barrios más castigados por el desastre, ubicados en la periferia de Petrópolis, donde habitan pobladores de diferentes condiciones sociales, el panorama es desolador. Muchos de los habitantes perdieron todo y sus casas fueron arrasadas. Permanecen en escuelas, iglesias y clubes convertidos en centros de evacuados.

A la vera del camino que recorre estos barrios, en dirección a Teresópolis, otra de las ciudades más afectadas junto con Nova Friburgo, cuadrillas de empleados municipales y 
máquinas topadoras continuaban la difícil tarea de despejar la ruta.
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