jueves, 18 de noviembre de 2010

España dona ambulancias medicalizadas para luchar contra el cólera en Haití


Por Agencia EFE – España
Puerto Príncipe, 18 nov (EFE).- La cooperación española en Haití se hizo hoy más presente con la donación al pueblo haitiano de dos ambulancias medicalizadas con las que combatir la epidemia de cólera que amenaza la vida de los supervivientes del terremoto que asoló el país caribeño hace ahora poco más de diez meses.

Bautizados con el nombre de Nadine I y Nadine II los dos vehículos pertenecientes al Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate (SAMUR) de Madrid han comenzado a operar en Puerto Príncipe.

El brote de cólera que se extiende en Haití obligó al hospital pediátrico de "Nuestros pequeños hermanos" ("Aux petite freres") a adelantar hace un tiempo la inauguración de la Nadine I, ambulancia donada por España a través de la ONG Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF).

Desde que se desató el brote de cólera, setenta personas infectadas ingresaron en la fundación hermana, de carácter religioso y con sede en Estados Unidos, de las cuales sólo 39 consiguieron sobrevivir.

A pesar de estar dedicado principalmente a proporcionar ayuda a niños, recién nacidos y parturientas, la organización se ha tenido que centrar, obligatoriamente, en combatir una enfermedad que amenaza con convertirse ya en un grave problema en Haití.

El presidente de los BUSF, Ángel García Lorite, el representante de "Nuestros pequeños hermanos", el neoyorquino Winn Walent; el alcalde de Tabarre, Jean Frantz Theodat, y Nadine, la superviviente al seísmo que dio origen al proyecto, hicieron hoy oficial la entrega de la primera de las dos ambulancias.

Fue un acto simbólico porque la tarea de Bomberos Unidos Sin Fronteras se inició mucho antes, un día después del trágico terremoto, en el hospital general de la capital haitiana, donde este miércoles, además, abrieron las fuentes que suministrarán agua potable a todo el complejo hospitalario.

Tan pronto como se abrieron los grifos de los dos caños ubicados en los alrededores de la zona de vacunación, los moradores de Puerto Príncipe formaron una fila interminable de personas que, con jarras, vasos, bidones o simplemente con sus manos aprovechaban el agua libre de impurezas.

La cooperación española, encarnada en los BUSF, consiguió hoy hacer realidad las primeras palabras del director del hospital, el doctor Lasen, cuando tras el terremoto les solicitó agua por encima de medicamentos o cualquier otro tipo de ayuda.

Siempre sonriente, el responsable del hospital bebió el primer vaso de agua potable del complejo hospitalario acompañado del embajador de España en Haití, Juan Fernández Trigo, quien se mostró complacido del trabajo que las distintas organizaciones españolas están realizando en la zona.

Junto a ellos Nadine, rescatada por los BUSF tras cinco días atrapada bajo los escombros del hotel que regentaba, sonreía al ver que sus compatriotas podrían disponer desde hoy, y para siempre, de algo tan básico en la vida de las personas como el acceso al agua sin contaminar.

Dos meses han tardado los Bomberos Unidos Sin Fronteras, liderados por un equipo de representantes peruanos, en habilitar las instalaciones del hospital para que el agua haga más fácil el trabajo de los médicos y la recuperación de los enfermos.
Sesenta días en los que tuvieron que levantar todo el asfalto que rodea los edificios sanitarios para crear una red de distribución de agua permanente, que ellos mismo supervisarán durante 2011, antes de confiar su sostenibilidad a los haitianos.

Ese agua limpia y fresca ayuda a calmar la larga espera de las personas que circundan la parte central del hospital y que esperan largas horas para se atendidos por los desbordados médicos y enfermeras.

Desde primera hora de la mañana, madres, hijos, jóvenes y ancianos se agolpan bajo las sombras de los árboles en busca de un alivio para su dolor, aquejados, fundamentalmente, por parasitosis y enfermedades gastrointestinales.

Junto al laboratorio, el equipo del hospital se encarga además de extraer y analizar las muestras de sangre que determinarán el tipo de infección que los pacientes registran para después darles remedio.

Sin embargo, en los alrededores la falta de alimentos siguen dejando huella en los cuerpos de aquellos que mendigan algo que llevarse a la boca, porque muchas veces el estómago también duele de hambre.

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