miércoles, 12 de noviembre de 2014

Dos años de prisión por amenazar de muerte a los sanitarios del 112

 
Ambulancia del 112 con sede en Don Benito-Villanueva.
Ambulancia del 112 con sede en Don Benito-Villanueva. / A.Calero

El incidente se desencadenó cuando la ambulancia de Don Benito atendía en Medellín a un hombre que cayó desde un primer piso

Evaristo Fernandez | Badajoz @HOY_evaristofv

El Domingo de Resurrección de 2013 es un día que jamás podrá olvidar el equipo médico que hacía guardia en la ambulancia medicalizada que tiene su sede en Don Benito-Villanueva. Esta tarde, mientras media España disfrutaba de las últimas horas de uno de los días festivos por excelencia, un joven cayó desde el primer piso de una vivienda en la localidad de Medellín. Quedó tendido en la acera y rápidamente se pusieron en marcha los servicios de emergencias. «No queremos que nadie vaya a la cárcel, ni compensación económica, sólo que se respete nuestro trabajo»

Unos minutos después desembarcó en la zona la ambulancia medicalizada del 112, en cuyo interior viajaban dos médicos, una enfermera y dos técnicos de transporte sanitario que dedicaron los instantes iniciales a valorar la situación del herido.

Su actuación no varió de lo que hacen a diario en las emergencias sanitarias a las que se enfrentan. «Siempre presuponemos que puede haber lesiones potenciales, por eso inmovilizamos al paciente antes de introducirlo en la ambulancia para evitar que los movimientos puedan causarle una lesión medular grave».

Pero aquella actuación no se desarrolló con la normalidad requerida. Desde el primer momento, varias personas que se encontraban en la zona comenzaron a increpar a los sanitarios, que tuvieron dificultades para introducir en la ambulancia la camilla con el paciente.

A partir de ese momento el conflicto fue en aumento, comenzaron a escuchar voces desde el exterior, el paciente se puso nervioso y de forma sorpresiva le dio una patada al portón trasero de la ambulancia y salió al exterior, donde fue sujetado por el policía local que se había desplazado a la zona.

La médico titular salió de la ambulancia para tratar de calmar los ánimos, pero el conflicto fue en aumento, tal y como recoge la sentencia dictada ahora por el juzgado de lo penal número 1 de Don Benito, donde se recoge que la esposa del paciente le dijo que si le pasaba algo a herido tendría que «atenerse a las consecuencias». «A ver qué le vais a poner a mi marido, a ver si te crees que porque lleves un cartelito de médico vais a venir aquí dando órdenes».

En la misma sentencia se indica que esa misma doctora fue zarandeada y recibió varios empujones mientras otro de los presentes le espetaba: «Porque no tengo una pistola, que si no os daba un tiro a cada uno».

La situación que se vivió era de tal gravedad que fue avisada la Guardia Civil, cuya presencia logró calmar los ánimos.

Aquella actuación dejó una grave sensación de inseguridad al personal sanitario que intervino y dio origen a un proceso penal que ha terminado con una ejemplar sentencia en la que se condena a dos años de prisión a las tres personas que provocaron el incidente.

En ese fallo se indica que los tres condenados atentaron contra el principio de autoridad de los médicos y obstaculizaron e impidieron el trabajo del personal médico cuando, y sin motivo aparente alguno, amenazaron, zarandearon y amenazaron de muerte a los profesionales sanitarios después de que la médico titular les dijera que no podían permanecer en el interior de la ambulancia.

Denuncia en el juzgado

Tres componentes del equipo médico que intervino en Medellín decidieron entonces denunciar los hechos, para lo que contaron con la representación del letrado de la Junta de Extremadura, Alejandro Carracedo, y el abogado del Colegio Oficial de Médicos, José Luis Galache. Ambos han conseguido que se probara un delito de atentado a funcionarios públicos por el que se impone la pena de dos años de prisión a cada uno de los tres acusados, así como el pago de una indemnización de 400, 300 y 300 euros a las tres víctimas del atentado.

Tras conocer la sentencia, la portavoz del equipo médico que sufrió la agresión ha confesado que lo sucedido en Medellín merecía una respuesta firme. «No queremos que nadie vaya a la cárcel ni compensación económica alguna, nuestra única intención es que se respete el trabajo que hacemos».

Esta profesional ha señalado que con este tipo de sentencias la sociedad debe entender que los sanitarios prestan «un servicio público importante». «Muchas de las agresiones que sufre el personal médico no se denuncian por miedo, pero los ciudadanos deben entender que nosotros somos autoridad y que merecemos ser respetados». Esta sanitaria recuerda el miedo que pasó mientras intentaba poner sus conocimientos al servicio de un paciente que necesitaba ayuda. «Realmente llegamos a temer por nuestras vidas».

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