miércoles, 25 de julio de 2012

Ante un accidente, llama al 112, según las autoescuelas


ABC.es- España
Sí, la recomendación es evidente cuando hablamos de siniestros de tráfico, pero no está de más recordarla, como acaba de hacer la Confederación Nacional de Autoescuelas en una guía de primeros auxilios recién presentada.

La Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) ha lanzado una guía de primeros auxiliosen carretera para saber actuar ante accidentes, que subraya la importancia de seguir el orden de actuación PAS (proteger, alertar, socorrer), que establece que el auxiliador debe ponerse el chaleco reflectante, proteger la seguridad del lugar, llamar al 112 y quedarse junto a las víctimas del accidente, taparlas para mantener el calor corporal y no moverlas «bajo ningún concepto».

Así, la guía señala como «fundamental» que el auxiliador no se exponga a ningún peligro a la hora de actuar. Para ello, debe detenerse en cuanto sea posible, inmovilizar el vehículo de forma adecuada, ponerse el chaleco reflectante antes de bajar del vehículo y no invadir la calzada.

A continuación, indica que es prioritario restablecer o mantener la seguridad de la circulación, mediante la inmovilización del vehículo accidentado fuera de la calzada y de la parte transitable del arcén, siempre que sea posible. También recuerda lo conveniente de parar el motor y cortar el encendido, y colocar los triángulos de preseñalización de peligro a 50 metros como mínimo, visibles desde 100 metros como mínimo, uno por delante y otro por detrás del obstáculo en caso de vías de un solo carril por sentido.

No obstante, advierte de que hay que evitar modificar el estado de las cosas y las pruebas que puedan ser útiles para determinar la responsabilidad del accidente, «salvo que el no hacerlo perjudique la seguridad de los heridos o de la circulación». Si hay alguna persona muerta o herida grave no se debe modificar nada.

La guía indica que, inmediatamente después de establecer la seguridad del lugar del accidente, hay que avisar a los servicios de emergencia a través del 112 para recabar cuanto antes auxilio sanitario especializado y alerta de que la supervivencia del herido depende de la rapidez con la que se realice la llamada y de la información que se facilite a través de ella.

En dicha información debe constar, según explica, el teléfono de contacto, la localización del lugar del accidente, el número de heridos y la gravedad de los mismos, las características y número de vehículos implicados y otras circunstancias especiales que pudieran ser relevantes.

Finalmente, para socorrer a las víctimas la guía recomienda intentar acceder hasta la proximidad de las víctimas para valorar su estado de consciencia, su respiración y si tiene circulación sanguínea, y permanecer junto a ellas en todo momento explicándoles que la ayuda sanitaria ya está en camino.

Además, remarca que «bajo ningún concepto» se debe sacar a los heridos del vehículo ni moverlos, salvo que sea totalmente necesario, como en riesgo de incendio. En este caso, precisa que se les debería mover entre varios auxiliadores como si se tratara de un bloque rígido, manteniendo alineado el eje cabeza-cuello-tronco del herido.

El transporte de los heridos a un hospital debe hacerse en vehículos especialmente destinados para tal fin y por personal profesional. Sólo en casos excepcionales, se deberá trasladar al herido en vehículo particular, en cuyo caso debe hacerse a velocidad moderada y respetando las normas de circulación.

Concretamente, apunta que lo que no se debe de hacer al socorrer a un herido es: darle de beber, ni siquiera agua; retirar el casco a un motorista, a no ser que se conozcan las técnicas de extracción y sea necesario; o darle medicamentos, aplicar pomadas, cremas u otros productos en heridas o quemaduras.

Por el contrario, subraya que lo que es imprescindible es hacer una valoración rápida de la situación de los heridos; actuar con rapidez pero con serenidad; prestar auxilio a los heridos según las circunstancias y gravedad de los mismos y no en función del que más ayuda reclame o más grite; y dirigir la atención y ayuda, en primer lugar, hacia las víctimas inconscientes o con dificultades respiratorias graves o hemorragias masivas.

Y recomienda proteger el cuello de los heridos en todo momento de movimientos bruscos; aflojar las prendas y ropas que puedan oprimir el cuello y las vías respiratorias; tapar a los heridos incluso en verano, para que no pierdan calor corporal; y evitar que los heridos anden.

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