
RPP - LIMA - PERÚ
Mario Casareto, jefe de la Central 116 del CGBVP, afirmó que esta línea telefónica atiende al día unas 880 llamadas, de las cuales un 60% corresponde a falsas alarmas que congestionan el teléfono
Más de 500 llamadas diarias para reportar falsas emergencias, además de insultos o acoso a las operadoras de la central 116, recibe el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP).
Según Mario Casareto, jefe de la Central 116 del CGBVP, esta línea telefónica atiende al día unas 880 llamadas, de las cuales un 60% corresponde a falsas alarmas que congestionan el teléfono y, además, distraen la atención de aquellas emergencias que sí son reales.
Debido a que no hay forma de saber cuándo se trata de una llamada que reporta una falsa emergencia, los hombres de rojo deben atender las falsas alarmas con seriedad, asumirlas como verdaderas e incluso enviar personal y unidades hacia el lugar del supuesto incidente.
“Recibimos llamadas falsas y tendenciosas de gente que no tiene nada que hacer y se dedica a molestar. En estos casos, las unidades igual salen de su cuartel y desatienden otros eventos que sí pueden ser reales. No hay forma de cómo quejarse ni ante quién quejarse”, remarcó.
Casareto detalló que incluso en horas de la madrugada las operadoras telefónicas de la Central 116 reciben llamadas de hombres que no solo utilizan un lenguaje procaz, sino que hasta les formulan propuestas indecorosas.
“Llaman a la operadora para preguntarle con qué tipo de ropa interior está, se lo dicen con palabras groseras. Así consta en todos los audios que tenemos y los podemos escuchar porque la central funciona las 24 horas”, remarcó.
El comandante sostuvo que este tipo de llamadas molestosas son tan frecuentes que las propias operadoras del CGBVP han tenido que incorporar en sí mismas una suerte de “blindaje psicológico” para saber cómo manejar con tolerancia estos "atentados" telefónicos.
Al no existir legislación ni sanciones para los autores de estas llamadas, Casareto planteó la posibilidad de multar a los titulares de las líneas telefónicas por mal uso del teléfono o incluso suspenderles de manera temporal este servicio domiciliario.
Consideró que, de esta manera, el propio padre de familia se verá obligado a tomar cartas en el asunto y vigilar que sus hijos eviten hacer estas bromas telefónicas fastidiosas y tendenciosas.
“Esto tiene mucho que ver con la cultura cívica que aún no logramos alcanzar para entender lo importante que es atender una emergencia. Pese a todo, tratamos de estar presentes en todas las emergencias, siempre al servicio de la comunidad”, acotó.
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