sábado, 25 de diciembre de 2010

Nochebuena y nochevieja son "fechas críticas" en las urgencias psiquiátricas


LAINFORMACION.COM
El bullicio, las compras, las comidas familiares y el "espíritu navideño" gustan a muchos, pero provocan rechazo a otros tantos que no soportan la Navidad y que no siempre sobreviven a ella con éxito. Así, Nochebuena y Nochevieja son "fechas críticas" en las urgencias psiquiátricas, que ven llegar a pacientes desbordados por el estrés y los desencuentros en la mesa.

Jerónimo Sáiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, explicó a Servimedia que las disputas familiares y el estrés que provocan estas fiestas en algunos y la soledad y el sentimiento de tristeza que dejan en otros hacen que las guardias de Nochebuena y Nochevieja sean "fechas críticas" en las urgencias psiquiátricas.

Antes de los días festivos, puntualizó el experto, no se nota más afluencia de pacientes en las consultas, que sí llenan sin embargo las agendas en enero, cuando comienza un nuevo año y el invierno no ha hecho más que empezar.

La Navidad, dijo el presidente de los psiquiatras, no gusta, generalmente, a quienes han sufrido la pérdida de un ser querido recientemente, a los que viven solos y a los que provoca "un cierto hartazgo" por lo que tiene de "comercial" y de "poco sincero", pero estas personas no están enfermas.

En las que sí lo están, es decir, las que tienen problemas psicológicos o psiquiátricos, a veces las navidades sí actúan "como un amplificador" y hacen que estos días sean "más críticos" para ellas.

"NO METERSE EN LA NAVIDAD"
Aunque "cada caso es distinto", el doctor Sáiz recomienda a quienes no les guste la Navidad que "no se metan" demasiado en ella, si bien tampoco es partidario de que se aislen del mundo.

"Lo que hay que hacer", sostiene, "es no entrar mucho en las circunstancias que provocan malestar". Así, si una persona vive sola y no le gustan estas fiestas, lo mejor es que las pase como cualquier otro día.

De la misma opinión que el doctor Sáiz es Pedro Rodríguez, psicólogo clínico, que aboga porque los que lo pasan mal en Navidad no se metan en una burbuja y participen de las fiestas, pero siendo siempre ellos mismos. Es decir, ejemplariza, si a uno no le va lo de cantar y no puede ser el rey de la fiesta, que no lo pretenda ni lo pase mal por no serlo.

Tampoco pasa nada, asegura, si alguien que está atravesando un duelo por la pérdida de un ser querido tiene que llorar; es, concluye, una reacción normal a un estímulo normal.

Eso sí, este psicólogo, como el presidente de los psiquiatras, incide en que si no hay problemas de base como puede ser una depresión, el rechazo que provoca en algunos la Navidad no es una enfermedad, sino un estado de tristeza pasajero que hay que abordar como mejor se pueda y si es necesario, con ayuda.

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