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MUERTE DIGNA
La nueva normativa se parecerá a la francesa, y Andalucía es la única comunidad que ya ha legislado este aspecto
El Gobierno anuncia que la aprobará en marzo y que no regulará nada que tenga que ver con la eutanasia
El Gobierno aprobará el próximo marzo una ley que regulará la muerte digna de los enfermos terminales y los cuidados paliativos, según anunció ayer tras el Consejo de Ministros el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba. El objetivo de esta normativa es que se puedan utilizar los medios necesarios para que los pacientes que estén al final de su vida la concluyan sin dolor.
El portavoz gubernamental quiso dejar claro que no será una ley que regule la eutanasia; es decir, la petición de un enfermo para terminar su vida ante una enfermedad irreversible. «La eutanasia es una decisión de alguien que, sencillamente por la razón que quiera, porque está enfermo, por ejemplo, decide morir», precisó Rubalcaba.
El también ministro del Interior defendió que lo que hará el Ejecutivo será una «norma para personas desahuciadas legalmente». «Cuando alguien está terminal, no tiene solución y lo que le espera por delante es un calvario, hoy la medicina tiene herramientas para que el paciente acabe su vida sin dolor», explicó.
La nueva ley, que se denominará de Cuidados Paliativos y Muerte Digna, garantizará el derecho de los pacientes a morir dignamente y sin dolor cuando la ciencia médica lo permita, así como los derechos de los familiares y de los médicos, según precisó Rubalcaba.
Además, añadió que está seguro de que todo el mundo va a entender esta ley, «porque todos han pasado alguna vez por una situación de esta naturaleza». Incluso reconoció que él lo ha sufrido recientemente con un familiar. «Se produce cuando alguien en el pasillo de un hospital recibe a un médico que le dice que un familiar, su madre, su hermano o su mujer, está muy mal, que se muere, y lo que es peor, nos tememos que lo va a pasar muy mal hasta que muera, que va a sufrir. Y el familiar le pregunta al médico si se puede evitar», señaló el portavoz del Ejecutivo.
La normativa será similar a la de otros países europeos. En particular, Rubalcaba hizo referencia a la legislación francesa, que la calificó como «excelente». En España, Andalucía ha sido pionera en regular este aspecto, al aprobar el pasado marzo una norma que garantiza el derecho de un enfermo terminal a rechazar o interrumpir un tratamiento, así como los deberes de los profesionales encargados de la atención al enfermo. Además, el Parlamento de Aragón aprobó en junio una proposición para legislar a este respecto.
En una encuesta reciente de la Organización Médica Colegial, el 97,3% de los galenos se mostraban favorables a aplicar tratamientos para eliminar el dolor, aunque acorten la vida del paciente. Esta regulación se producirá cinco años después del caso del Hospital de Leganés, cuando médicos de urgencias fueron acusados, tras una denuncia anónima, de 400 homicidios por practicar sedaciones terminales.
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